jueves, 29 de julio de 2010

Espiritualidad


Nuestra espiritualidad es franciscana debido al espíritu de la congregación de las Hermanas Franciscanas cuyo carisma esta al servicio del pobre y necesitado.


Mateo 25, 31…
El Juicio final
25:31 Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, Mateo 16, 27 se sentará en su trono glorioso. Mateo 19, 28
25:32 Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, 
25:33 y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda.
25:34 Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, 
25:35 porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; 
25:36 desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver". 
25:37 Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? 
25:38 ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? 
25:39 ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?"
25:40 Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
25:41 Luego dirá a los de la izquierda: "Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, 
25:42 porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; 
25:43 estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron". 
25:44 Estos, a su vez, le preguntarán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?"
25:45 Y él les responderá: "Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo". 
25:46 Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".
Cómo humildemente buscaba carne para los enfermos
y cómo los exhortaba a ser humildes y pacientes

42. El bienaventurado Francisco no se avergonzaba de buscar carne por los lugares públicos de las ciudades para los hermanos enfermos. A su vez, exhortaba a éstos a que llevaran con resignación las deficiencias y no armaran escándalo cuando no se les pudiera atender suficientemente en todo.
Así, hizo escribir en la primera Regla: «Suplico a mis hermanos que no se irriten en sus enfermedades, ni se incomoden contra Dios o contra los hermanos, ni soliciten con ansiedad medicinas, ni deseen en demasía aliviar la carne, que pronto ha de morir y es enemiga del alma. Por el contrario, den gracias a Dios por todo y procuren portarse en la enfermedad como Dios quiere. Pues a los que Dios ha predestinado para la vida eterna, los adoctrina con castigos y enfermedades, como enseña Él mismo: Yo reprendo y castigo a los que amo» (1 R 10,3-4).
Cómo quiso que todos sus hermanos
sirviesen a los leprosos
para fundarse en la humildad
44. Desde el principio de su conversión, el bienaventurado Francisco, como sabio arquitecto, se fundamentó, con la ayuda de Dios, sobre roca viva, esto es, sobre la máxima humildad y pobreza del Hijo de Dios; y por esta humildad llamó a su Religión de los hermanos menores (1 R 7,2; 1 Cel 37).
Al principio de la Religión quiso que sus hermanos vivieran en leproserías al servicio de los enfermos, y allí se afianzaran en la santa humildad. Por eso, cuando venían a la Orden, ya fueran nobles, ya plebeyos, entre otras, se les hacía la advertencia de que habían de servir humildemente a los leprosos y vivir en sus casas, como se contiene en la primera Regla (cf. LP 9 n. 7). No habían de querer tener bajo el cielo sino la santa pobreza, por la cual les nutre el Señor corporal y espiritualmente y por la que conseguirán en el futuro la herencia del cielo.
De esta manera se cimentó, para sí y para los demás, sobre la máxima humildad y pobreza. Y, siendo gran prelado en la Iglesia de Dios, eligió y prefirió estar postergado no sólo en la Iglesia, sino entre sus hermanos, si bien este abatimiento era, a su juicio y según su corazón, la mayor exaltación ante Dios y ante los hombres.

miércoles, 21 de julio de 2010

Historia


Nuestro cuidado a los adultos mayores surge ante la necesidad de cuidar de este grupo etario, debido al abandono social, a los problemas políticos y económicos que ha vivido el país a los largo de su historia, el cual se agudizó en las décadas de los 70’ lo que provocó un conflicto armado en los años 80’.
Las condiciones siguen igual para la sociedad debido al sistema político y económico que impera a nivel mundial.

Las fundación fue llevada a cabo por los años 80’ por las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción, actualmente es responsable la Provincia Nuestra Señora de la Paz.

domingo, 4 de julio de 2010

Reflexiones sobre los ancianos

Reflexiones que alguien ha escrito sobre los 
ancianos. No conocemos su autor, pero vale la pena 
leerlas... 

Déjalo hablar... porque hay en su pasado un 
tesoro lleno de verdad, de belleza y de bien. 

Déjalo vencer... en las discusiones, porque tiene 
necesidad de sentirse seguro de sí mismo. 

Déjalo ir a visitar... a sus viejos amigos porque 
entre ellos se siente revivir. 

Déjalo contar... sus historias repetidas, porque 
se siente feliz cuando lo escuchamos. 

Déjalo vivir... entre las cosas que ha amado, 
porque sufre al sentir que le arrancamos pedazos de su 
vida. 

Déjalo gritar... cuando se ha equivocado, porque 
los ancianos como los niños tienen derecho a la 
comprensión. 

Déjalo tomar un puesto... en el automóvil de la 
familia cuando van de vacaciones, porque el año 
próximo tendrás remordimientos de conciencia si el 
abuelito ya no existe más. 

Déjalo envejecer... con el mismo paciente amor 
con que dejas crecer a tus hijos, porque todo es parte 
de la naturaleza. 

Déjalo rezar... como él sabe; como él quiere, 
porque el adulto mayor descubre la sombra de Dios en 
el camino que le falta recorrer. 

Déjalo morir... entre brazos llenos de piedad, 
porque el amor de los hombres sobre la tierra, nos 
hace presentir mejor el torrente infinito de 
amor del PADRE en EL CIELO. 

Autor? No importa..., ámalos simplemente.

PLEGARIA PARA LA TERCERA EDAD



Bendice, Señor, a los que tienen comprensión de mis pasos vacilantes y mis manos temblorosas.
Bendice a los que saben que hoy mis oídos van a sufrir para entender a otros.
Bendice los que apartan los ojos, como si no vieran, cuando se me cae el café del desayuno.
Bendice a los que nunca me dicen: es la segunda vez que cuentas lo mismo.
Bendice a los que tienen el don de hacerme evocar los días felices de otros tiempos.
Bendice a los que hacen de mí un ser amado, respetado y no abandonado.
Bendice a los que adivinan que no sé ya cómo encontrar fuerzas para llevar mi cruz.
Bendice a los que endulzan con su amor los días que me quedan de vida, en este viaje hacia la casa del Padre.

sábado, 3 de julio de 2010

SANTA TERESA DE JESUS JORNET





El anciano abuelo tembloroso, ensuciaba cada comida el mantel porque derramaba la sopa. Primero sus hijos le hicieron una cuchara de madera, pero incluso con la madera seguía ensuciando el mantel. No puede comer con la familia. Y lo llevan a la cocina. El abuelo tiene que comer solo en la compañía de sus hijos y de sus nietecitos. El más espabilado se entretenía jugando con un trozo de madera muy afanado. -¿Qué haces?, le preguntó su mamá: Y el niño, “estoy haciendo una cuchara de madera para cuando papá y tú seáis mayores”.
En la provincia y Diócesis de Lérida  y en Aytona, España, de Francisco Jornet y de Antonieta Ibars, agricultores, nace el 9 de enero de 1843, Teresa Jornet, hoy ya canonizada y Patrona de la ancianidad  Su caridad activa hacia los pobres, le movía a llevarlos a casa de su tía en Lérida, a donde se había trasladado para poder asistir a la escuela de la ciudad.
Estudia magisterio en Argensola, provincia de Barcelona. Solicitó ser admitida en las clarisas de Briviesca, cerca de Burgos, pero no pudo profesar por la prohibición de la legislación en vigor. Se dedicó a la enseñanza y se hizo terciaria carmelita. Una enfermedad que padeció después de la muerte de su padre, la obligó a permanecer en su casa por algún tiempo.
Don Saturnino López Novoa, canónigo de Huesca, su director, a quién confió la dirección de su alma, la encauzó hacia la fundación de una obra destinada a recoger a los ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. Teresa, que hasta el momento había tenido la impresión desagradable de no haber hecho nada en su vida, se orientó decididamente hacia este ideal. En 1872, fundó la primera casa en Barbastro, con la ayuda de algunas jóvenes, y de su hermana, María.
Teresa se adelantó a su tiempo, porque entonces, hace más de un siglo, aún dejaban en la cocina a los abuelos, aunque con cuchara de madera, pero ahora, ni los quieren, ni les cuidan, y se arman líos entre las familias para zafarse del engorro de los viejos, según el refrán: “Parientes y trastos viejos, pocos y lejos”. En el Continente africano carecen de frigoríficos y de muchos de nuestros cachivaches de la modernidad; pasan hambre y toda clase de necesidades, pero conservan su humanísima tradición de respetar al anciano y considerarle como una bendición. Les minusvaloramos en esta cultura de la juventud, la belleza y el cultivo de los cuerpos, pero en humanismo el tercer mundo va por delante con nota al mundo que se cree supercivilizado.

El 27 de enero de 1873, los miembros de la nueva congregación, recibieron el hábito religioso y Teresa fue elegida superiora. Un grupo de buenos católicos de Valencia propuso asegurar la vida de la pequeña comunidad. La madre Teresa aceptó y, como está en Valencia, constituye Patrona a la Virgen de los Desamparados, título muy apropiado para los ancianos Desamparados. Muy pronto el número de ancianos fue aumentando y creciendo sin cesar. Para poder recibir más, compró el antiguo convento de los Agustinos. Esta casa se convirtió en la casa madre de la Congregación de las Hermanas de los Ancianos Desamparados. Se desarrolló tan de prisa la Obra, que en 1887, cuando fue aprobada por la Santa Sede, contaba ya con 58 casas.
María Teresa de Jesús formó muy sólidamente a sus hijas en el cumplimiento de sus obligaciones con los ancianos, hasta exponerse a la soledad, al frío y al hambre, para poder darles abrigo y un verdadero cariño. Aprendió de las terciarias carmelitas la devoción a la Virgen, y de las clarisas el amor a los pobres, y en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de identificar sus sentimientos con la voluntad divina. Desarrolló una actividad incansable y una inalterable confianza en Dios. A los que le reprochaban que se ocupara de los más humildes oficios, respondía: "No hay nada pequeño cuando se trata de la Gloria de Dios". Cuando le decían que emprendía obras con un atrevimiento casi temerario, se sonreía diciendo: "Mientras más pobres haya, habrá más bienhechores".
Tenía el secreto de su paz interior inalterable en medio del tráfago continuo, en sus palabras: "Dios en el corazón, la eternidad en la cabeza, y el mundo bajo los pies".
Su organismo no pudo resistir al régimen que se impuso. A las fatigas físicas se juntaban los dolores mortales, como el de la epidemia del cólera, que acabó con veinticuatro hermanas y setenta ancianos. Cuando la enfermedad la obligó a detenerse, se retiró a Liria, Valencia, con la esperanza de que el buen aire le devolviera la salud.
Murió ahí, el 26 de Agosto de 1897, el 27 de abril de 1958 el Papa Pío XII la beatificó y fue canonizada por Juan Pablo II.

I made this widget at MyFlashFetish.com.